jueves, 1 de mayo de 2014

Yo y los Pixies

Hacía mucho que no escribía un post recordando mi relación con alguno de mis grupos favoritos, y como últimamente estoy muy enganchado a los Pixies y he ido rememorando momentos del pasado relacionados con ellos he creído que sería una buena ocasión, ¿por qué no? Además, la salida inminente de su nuevo disco Indie Cindy, su primer álbum en más de 20 años) hace que sea una ocasión más que propicia para hablar sobre ellos. Es por eso que he decidido que el mes de Mayo será por estos lares el Mes Pixies. Aparte de este artículo más personal, he pensado reseñar, no sus discos más emblemáticos que todos adoramos, sino los que han quedado más en el olvido: Bossanova y Trompe Le Monde. Además también pienso reivindicar su imprescindible álbum de caras B y, por supuesto, cerraré hablando de Indie Cindy confiando que lo que tenga que decir sobre éste sean todo cosas buenas. ¡Allá Vamos!


Los Pixies son a mi parecer una de las mejores bandas de la historia del rock. De hecho, teniendo en cuenta que mis gustos musicales van hacia grupos de los 70, si me preguntaran cuales creo que son los mejores grupos de rock surgidos después de esa década no tengo ninguna duda de los cuatro que diría: Pixies, Sonic Youth, Jane's Addiction y R.E.M. Si tuviera que añadir un quinto me supondría un auténtico problema porque no sabría cual escoger, pero los cuatro primeros para mí serían éstos sin dudarlo. Históricamente mis predilectos han sido Jane's y Pixies con un claro dominio de Juana's Adicsión, pero a día de hoy creo que acabo inclinándome más por los Pixies. Todo esto viene a significar que realmente me gustan mucho.

No obstante, a diferencia de los otros tres grupos mencionados, mis primeros contactos con ellos fueron poco productivos. Yo tenía por entonces unos 15 años aproximadamente y estaba en fase de descubrimiento de música más ruidosa para los estándares a los que estaba acostumbrado entonces. Cuando uno se aficiona a ese tipo de música creo que vive una fase en que se acomoda en el placer del ruido y corre el riesgo de no apreciar aquellos grupos que se queden a medio camino. Quiero decir, sólo así entiendo que el debut de Sonic Youth me gustara y en cambio rechazara de pleno el Doolittle.


Las primeras veces que supe por ellos fue gracias a Internet, en las webs que seguía por entonces leía que se mencionaban como uno de los grupos más importantes de la historia e incluso recuerdo con cariño a un troll que entró en un foro de Queen insultando al grupo y poniendo como ejemplo de banda a respetar a los Pixies. Fue así como empecé a sentir un instintivo respeto hacia ellos, pero sobre todo al Doolittle, cuya portada me evocaba un contenido genial y transgresor por lo que leía sobre él. Entra el Kazaa en escena. Me bajé algunas canciones y... nada. Me parecían demasiado, no sé, ¿pop? Creo que esperaba algo más tipo Sonic Youth. Lo intenté en posteriores ocasiones animado por el hecho de que Kurt Cobain era fanático de ellos pero no me acababan de matar, hasta que decidí probar con su otro gran disco, Surfer Rosa, y eso ya fue otra cosa.

El sonido más seco y directo de Surfer Rosa me entusiasmó al instante. Me fui bajando las canciones una a una, y cuando llegué a "Where Is My Mind?" decidí parar y pedirme el disco para Navidad. La primera escucha cuando lo oí semanas después es de esas que aún puedo evocar por el impacto que me supuso. Las canciones sonaban realmente bien pero mantenían ese puntillo de rock alternativo que no las hacía tan amables para mis oídos. Por supuesto enseguida me fascinó Black Francis, compositor principal del grupo, con sus endemoniados gritos y sus letras bizarrísimas en un español surrealista. Me parecía increíblemente divertido y extraño, nunca había oído algo así. Un tipo que gritaba como un poseso y cantaba en español sobre jugar en la playa, era maravilloso. También me encandiló al instante Kim Deal con sus inolvidables coros a modo de contrapunto ("Gigantic", cantada por ella, siempre fue una de mis favoritas) y su sonido de bajo siempre me gustó mucho.

Con mi siguiente intento con Doolittle las cosas fueron mejor. Era un disco algo más accesible que Surfer Rosa, sí, pero ahora ya había entrado en su mundo y lo veía con otros ojos. Un tema como "Here Comes Your Man" que antes vería como inaceptable, ahora me parecía delicioso. El hecho de que el tema que abre el álbum tuviera como estribillo el título de un film surrealista de Buñuel me parecía ahora una genialidad, al igual que las confusas referencias a "Paco Picopiedra". No sé si en algún momento llegué a preferirlo al Surfer Rosa, pero es muy probable.


En esa época me hice con un DVD que incluye una actuación del grupo en Reino Unido durante la gira del Surfer Rosa que visioné incansablemente, así como sus surrealistas videoclips (los de "Here Comes Your Man" y, sobre todo, "Velouria" me parecían geniales). En esa época empecé a formarme una imagen más clara del grupo que los hacía especialmente entrañables. Parecían y sin duda eran cuatro universitarios con pintas de no ser muy populares (bueno, quizá Kim sí) que habían formado un grupo de rock. Se vestían como cuatro chavales del campus que salían a tocar de vez en cuando, sólo que ellos habían contribuido a la historia del rock, casi por pura potra. El guitarrista Joey Santiago parecía un tipo muy introvertido cómodo en su segundo plano, David Lovering con los pantalones cortos y los tirantes que llevaba en ese directo tampoco parecía muy preocupado por su imagen y Black Francis definitivamente parecía (y, de nuevo, seguramente era) el bicho raro de clase. El típico tío que, si te cogía confianza, te explicaba cosas rarísimas. ¿De qué rayos hablaría alguien como él en sus ratos libres con sus amistades?


Obviamente recibí con mucha alegría la noticia de su retorno pero me llevé un chasco cuando supe que aquí actuarían solo en el Primavera Sound (edición del 2004). Decidí no ir porque me negaba a pagar la entrada de un día de un festival por solo uno o dos grupos (también actuaban Mudhoney)... qué gracia, escribo esto diez años después teniendo mi entrada para repetir en el Primavera por cuarta vez. Sigue sin gustarme la idea, pero tras tantos años he aprendido que no había otra opción si quería ver a ciertos grupos, como los Pixies, que salvo un par de conciertos en Madrid el 2013 sólo han actuado en festivales.

Decidí sin embargo tomármelo con filosofía, y el mismo día que actuaban los Pixies me grabé otro disco suyo en conmemoración del concierto que me perdería: el Bossanova (1990) - también me grabé el homónimo de Mudhoney, del mismo año casualmente, por idénticos motivos. Aunque es su disco más pop, por entonces ya era fanático del grupo y me gustó al instante. Lo asocio a aquellas semanas, recién salido del instituto y asistiendo a las primeras clases de la autoescuela... es curioso cómo hechos que para mí fueron poco agradables como la autoescuela al rememorarlos los evoco con cierta nostalgia, pero eso es otro tema.

Cartel de la edición de hace 10 años. Fíjense como curiosidad en la inesperada aparición de Lluís Llach (!!) y lo pequeño que salía por entonces el nombre de Franz Ferdinand.

Llegó finalmente el último, Trompe le Monde, que me gustó pero se me quedaba claramente por detrás de los otros, de forma que mi orden de preferencia en los discos de los Pixies siempre ha sido cronológico. Lamenté la poca presencia de Kim en el disco y aunque me gustaban las canciones no me enganché del todo, por ello es el único que no sé ubicar cuándo escuché por primera vez, aunque debió ser en la universidad.

Y por fin el 2010 saldé esa deuda pendiente. Los Pixies volvían al Primavera Sound y yo decidí que o los veía allá o jamás lo conseguiría. Para hacer menos doloroso el coste de la entrada, coincidían en día con Wilco, que acababa de descubrir y actuaban justamente en el mismo escenario antes que los Pixies. Para celebrarlo me hice con su disco de Complete B Sides, el cual por cierto considero realmente imprescindible para todo fan del grupo.

Qué decir del concierto, fue un sueño hecho realidad. El inicio con los primeros temas del Bossanova seguido de "Wave of Mutilation" fue inolvidable, y el setlist fue un grandes éxitos en toda regla con más guiños a los discos post-Doolittle de lo que era habitual.

Esta foto corresponde a esa breve y poco comentada etapa de su carrera en que Joey Santiago se convirtió temporalmente en una chica rubia

En estas semanas he vuelto a engancharme a ellos, con la gracia de que por fin me he enganchado como Dios manda al Trompe le Monde. Nuestros amigos volverán de nuevo al Primavera Sound, pero por desgracia no van el mismo día que yo. A cambio, han ido sacando EPs con nuevos temas que ahora han recopilado en un CD que, en el momento en que escribo estas líneas, aún no he escuchado pero espero con impaciencia, sobre todo habida cuenta de que los fans del grupo han hablado positivamente de él.

Ah, y la carrera de Frank Black en solitario es mi eterna deuda pendiente.

Y para acabar, un top de canciones. No 10 porque sería todo de los primeros discos y quiero reivindicar los otros, no 20 porque siendo sus canciones tan breves sabe a poco, sino 25:

1- Caribou
2- Levitate Me
3- Wave of Mutilation
4- Hey
5- Gigantic
6- Motorway to Roswell
7- Monkey Gone to Heaven
8- Where Is My Mind?
9- Bone Machine
10- All Over the World
11- Into the White
12- Debaser
13- The Holiday Song
14- Silver
15- Stormy Weather
16- Head On
17- River Euphrates
18- U-Mass
19- The Happening
20- Vamos
21- Break my Body
22- Bird Dream of the Olimpus Mons
23- Broken Face
24- Velouria
25- Rock Music o Tame, según el día

Siempre ha sido mi favorita de ellos...

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