martes, 16 de octubre de 2012

Yo y Deep Purple


De las que están consideradas las tres grandes bandas de hard-rock anglosajonas de los 70, Deep Purple me da la impresión de que a día de hoy son los que están más desprestigiados. No voy a decir que esto sea terrible, porque Led Zeppelin y Black Sabbath son dos bandas estratosféricas y yo mismo las prefiero a Purple, pero me desagrada que los de Ritchie Blackmore sean tan ninguneados hoy día en bastantes sectores que frecuento. Yo eso lo atribuyo principalmente a tres motivos.

El primero es que Deep Purple tienen una larga discografía con muchos discos menores y una formación poco prestigiosa, en que el imprescindible guitarrista Ritchie Blackmore es reemplazado por el menos respetado Steve Morse, sospechoso de ser uno de esos músicos virtuosos sin feeling (irónicamente a estas alturas Morse ha sido miembro de Deep Purple más tiempo que Blackmore). En el mundo del rock ya sabéis que tener una discografía corta e impecable suma muchos puntos.


El segundo es que a día de hoy Deep Purple están continuamente de gira, la mayoría de gente los ha visto o podido ver, y además parece ser que a veces dan algunos conciertos bastante flojos. Lo contrario que por ejemplo Led Zeppelin por sus reticencias a volver al ruedo, o Black Sabbath, que hicieron una reunión puntual en los 90 y gracias. De nuevo, para el público rockero suma muchos puntos el que un grupo sea inaccesible y no se le haya podido ver nunca. Cuando actúa cada dos por tres en tu casa y además no da muy buenos shows eso hace que el grupo pierda algo de respeto aún cuando sus discos de estudio siguen siendo los mismos.

Y por último, uno menos obvio. Zeppelin y Sabbath han sido bandas de mayor influencia en la música que se hace en los 90 y este siglo, son grupos cuyo rastro uno puede intuir sin problemas en muchas de las bandas actuales predilectas del público rockero. En contraste, la influencia de Purple no es tan clara y me temo que no todo el mundo simpatiza igual con el teclado de John Lord o la voz de Ian Gillan ni con sus directos llenos de jams excesivas. De esta forma, las nuevas generaciones que empiezan escuchando bandas de rock actuales acaban lógicamente llegando a Zeppelin y Sabbath al seguir el rastro de influencias de esas bandas, cosa que no sucede tanto con Purple. De hecho, creo que hoy día Deep Purple son una banda mucho más respetada en sectores metaleros que rockeros.

Dicho esto, para mí Deep Purple siempre ha sido una banda a la que he tenido mucho respeto. Mi primer contacto con ellos fue obviamente "Smoke on the Water" en un recopilatorio que había por casa. Los empecé a descubrir más a fondo con 14 años aproximadamente a raíz de este disco que encontré en la biblioteca.


Camino a casa en el autobús la canción que más me llamaba la atención mirando el tracklist era "Child in Time" porque duraba más de 10 minutos (en aquel entonces me parecía llamativa cualquier canción que durara más de 6 minutos, ya no digo más de 10...). Y efectivamente cuando puse el CD se convirtió enseguida en mi favorita de ellos, que por cierto todavía lo es.

El recopilatorio se centra básicamente en el MK II con un par de referencias al MK III, es decir su época cumbre de los 70s. Por ello durante años directamente ni sabía que habían grabado discos antes de que entrara Ian Gillan a la banda ni conocía qué habían hecho después.

Un tiempo más tarde me compré el mítico Made in Japan. Recuerdo de forma entrañable ir con un amigo al Fnac y coger el CD de un expositor de ésos de discos recomendados. Había delante un heavy que al verme cogerlo me dijo algo tipo "Muy buen disco ése, muy bueno tío, no te arrepentirás". Visto en perspectiva es una tontería pero en su momento me hizo gracia que un tipo me dijera eso espontáneamente (cabe decir que aparentaba mucho menos de mi edad, así que el buen hombre debió sorprenderse al ver a lo que parecía un crío de 12 años comprando un directo de Deep Purple).
El disco me encantó desde la primera escucha y cuando empecé a navegar por Internet me sorprendió encontrar a gente diciendo que era un rollo y que esas jams interminables no había quien las oyese (¡y a mí era lo que más me gustaba del álbum!), pero tuvo una pequeña consecuencia negativa: me gustó tantísimo que durante años Deep Purple en estudio me sabían a poco, y por ello los tuve abandonados durante años. Cuando me apetecía oírlos me ponía directamente el Made in Japan porque en estudio me parecía que no eran ni la mitad de buenos. De hecho fue a raíz de este directo y del Irish Tour de Rory Gallagher (con el que me pasó lo mismo) que decidí que en adelante no escucharía los directos míticos de un grupo hasta que no conociera los álbums de estudio: de esta forma podía disfrutar las obras de estudio al oírlas antes de escuchar sus magníficas versiones en vivo. A día de hoy aún procuro hacerlo así.


Durante muchos años ésa fue mi relación con ellos con la única excepción de un concierto el 2003 del que hablaré en una semana. En esa época me hice con un DVD de la gira del Made in Japan que instantáneamente se convirtió en uno de mis favoritos, y más adelante me grabé el Fireball (supongo que me decanté por éste de la época Gillan porque ninguno de sus temas lo tocaban en el Made in Japan y así podía evitar las comparaciones). No fue hasta hace relativamente poco que di los pasos definitivos de reconciliación con Deep Purple haciéndome con In Rock y tanteando la etapa Coverdale con Burn. Debo confesar que si tarde tanto en tantear la época Coverdale es porque un amigo mío muy fan del grupo de cuya opinión me fiaba mucho me dijo siempre que esos discos no le gustaban demasiado. No esperaba mucho del Burn cuando lo oí por primera vez y debo reconocer que me gustó mucho a la primera y que tengo muchas ganas de escuchar el Made in Europe (me estoy esperando a oír antes el Stormbringer para no repetir el error del Made in Japan).

El paso definitivo se produjo hace un año cuando por fin me hice con Machine Head. Es el gran disco del grupo, objetivamente su mejor obra, pero como los mejores temas los tocaban en el Made in Japan nunca me motivó demasiado. El año pasado por fin me decidí a volver a los Purple en estudio y al grabarme ese disco simbólicamente conseguí superar el "síndrome Made in Japan".
Para rematarlo, resulta que todos los CDs clásicos del grupo suelen estar editados en ediciones magníficas repletas de Bonus interesantes, con libretos llenos de información y muy baratas. Así pues, en una o dos semanas me compré todos esos discos de la banda que tenía grabados y lo rematé añadiendo a mi colección el doble In Concert.

Y así llego a hoy en día, cuando por fin me he animado a escuchar los discos de la época Rod Evans, que me han sorprendido muy gratamente (esperaba álbums menores con sonido demasiado 60s y resultan ser muy buenas obras). De hecho aunque ya dije que prefiero a Sabbath y Zeppelin, hoy en día creo que escucho más a menudo a Deep Purple quizá por tenerlos menos quemados. Así que si ustedes no son fans, no duden en darles una oportunidad, la merecen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario