sábado, 7 de julio de 2012

El fascinante mundo de Todd Rundgren


A día de hoy se suele usar con demasiada facilidad la palabra "genio" hasta el punto de que casi ha perdido su valor. Yo por genio entiendo no solo a un gran artista sino a una persona que tiene una lucidez especial que le hace destacar e ir por delante de los otros. En ese sentido, Todd Rundgren creo que es uno de los genios de la música pop-rock.
Esta entrada es solo un pequeño reflejo de la que fue su larga carrera. Dado que no la conozco en profundidad, hay algunas lagunas que iré subsanando editando el artículo a medida que las llene, pero creo que servirá como homenaje a este tipo tan apasionante.

Sus inicios musicales tienen lugar a mediados-finales de los 60 cuando siendo un veinteañero fundó la banda de garage Nazz, en la que cantaba y tocaba la guitarra. Todd grabó dos discos con Nazz muy interesantes pero que aún no demostraban su potencial. No obstante, el pretender que el segundo fuera un doble álbum ya mostraba que el jovencito era ambicioso, y de hecho Todd nunca se cortó en lo que respecta a la duración de sus obras: en los 70 solía combinar discos dobles con otros que forzaban la duración máxima de un LP (por ejemplo el debut de Utopia de una hora de duración con un tema de media hora en una de sus caras o el Initiation de 68 minutos y un tema de 35 minutos en la cara B, convirtiéndolo en uno de los LPs simples más largos que se hayan grabado).



Tras el segundo álbum, Nazz se separaron y Todd inició una carrera en solitario que se inició con Runt (1970), un disco no muy redondo pero sí muy prometedor porque ya dejaba a entrever sus inquietudes musicales, y Runt: The Ballad of Todd Rundgren (1971), un álbum de puro pop menos experimental pero impecable (de hecho a día de hoy es mi favorito suyo).
No obstante, el disco que catapultó su carrera y en el que Todd demostró al mundo su verdadero potencial fue el doble Something/Anything (1972). Todd prescindió aquí de la banda que le había acompañado en sus obras anteriores y produjo, compuso e interpretó todos los instrumentos en tres cuartas partes del disco. Musicalmente es la obra donde Todd exploró todas las posibilidades de la música pop forzando así mismo sus límites. Para muchos se trata de su obra cumbre, y ciertamente tiene muchos números para serlo. Dejando de lado opiniones, es un disco absolutamente imprescindible no solo en la carrera de Todd sino también en la música pop-rock de los 70.


Something/Anything dejó al señor Rundgren en una posición envidiable: el disco fue un éxito de ventas gracias a unos cuantos singles de pop radiofónico infalibles y al mismo tiempo le permitió conseguir el estatus de artista inquieto y experimental. Había triunfado siendo fiel a sus principios, era perfecto. Sin embargo, lejos de acomodarse, Todd decidió seguir adelante y jugársela con su siguiente obra. El salto de Something/Anything a A Wizard A True Star (1973) supone uno de los mayores suicidios comerciales de la historia del rock. De un disco de pop inteligente y original, Todd Rundgren pasó a una obra extraña, inclasificable, experimental y definitivamente difícil de asimilar. Cuando sus fans oyeron el disco en su momento no entendieron qué era eso y como es lógico fue un fracaso de ventas. Aún hoy día sigue siendo un álbum difícil, así que imaginen en 1973. No obstante, con el tiempo consiguió un estatus de culto hasta convertirse en uno de los discos predilectos de sus fans.
Sin embargo, lejos de dejarse intimidar por los reveses comerciales, en su siguiente disco Todd (1974) continuó tirando por este camino, combinando temas pop con bizarradas y experimentos varios sobre todo con los sintetizadores.





Como alternativa a su carrera en solitario, Todd formó en esa época la banda Utopia. En su momento fue entendida también como la alternativa comercial a sus arriesgados discos en solitario, ya que en sus primeros discos abrazaban el sonido del rock progresivo más desatado que tanto se llevaba en la época. Resulta curioso pensar que un disco como el debut de Utopia en su momento fuera comercial, pero así eran los excesivos 70s. A lo largo de los años, Todd iría combinando su carrera en solitario con la de Utopia, si bien Utopia fueron alejándose poco a poco del progresivo para acercarse al pop mientras Todd coqueteaba con el progresivo en solitario, de forma que sus dos facetas se iban cruzando.

Por si todo esto fuera poco, Todd también se dedicó durante esos años a producir discos para otra gente. En el mundillo eran conocidas sus habilidades como productor que le valieron el sobrenombre de Wizard (Mago). En aquellos años produjo, entre otros, el We're an American Band de Grand Funk Railroad, el Straight Up de Badfinger y el Bat Out of Hell de Meat Loaf.

Esta época fue la más productiva de su carrera. Todd dio rienda suelta a sus extravagancias (por ejemplo tiñéndose el pelo de colores vistosos) mientras no paraba de crear música. Viendo vídeos de esos años uno puede encontrar de todo: conciertos excesivos a lo Spinal Tap con Utopia, actuaciones en que toca la batería para demostrar que es cierto eso de que es multiinstrumentista, apariciones televisivas con unas pintas muy bizarras, etc.
Aparte de los vídeos que he linkeado, posteo aquí dos ejemplos más sobre lo que podía salir de Todd Rundgren en los 70. Primero una actuación televisiva en que sale medio desnudo con todo el cuerpo pintado cantando su hit "Hello It's Me":


Y en segundo lugar una bizarrada muy inquietante, una especie de videoclip de su canción "All The Children Sing" que seguro que hizo las delicias de un joven David Lynch:


Aparte de eso, su discografía seguía deparando sorpresas. En Faithful (1976) dedicó la mitad del disco a versiones de clásicos del rock que eran tan fieles a las originales que uno se pregunta si el propósito de esto no era sino demostrar sus habilidades en el estudio pudiendo recrear cualquier canción. Poco después sacó Hermit of Mink Hollow (1978), un retorno al sonido pop más asequible de antaño en que además volvía a interpretar todos los instrumentos. Fue uno de los mayores éxitos de su carrera y contenía el que es su tema más popular junto a "Hello It's Me": "Can We Still Be Friends" (aunque el vídeo es bastante normalito, también tiene su momento WTF):


Con el cambio de década y el paso a los 80 la carrera de Todd perdió algo de empuje como le sucedió a todos los grandes artistas de los 70, ya que... Bueno, creo que antes que divagar prefiero ser franco sobre esta etapa musical: aunque no he oído aún ningún disco entero de esa época, prácticamente todo lo que he escuchado de Todd de mediados de los 80 en adelante me parece espantoso. O bien lo que me falta por oír no se parece en nada a los temas que conozco o esta parte de su discografía es horrorosa.

Sin embargo, a cambio hay que reconocer algo, y es que aunque la música sea pésima, Todd seguía siendo fiel a sí mismo. Es decir, no es un caso de artista que se vendió a los géneros musicales de moda perdiendo toda su esencia, como es el caso de muchos, sino que siguió experimentando y haciendo lo que le daba la gana de un álbum a otro. Por ejemplo en 1985 sacó A Cappella, un disco grabado íntegramente con su voz. Es decir, la voz de Todd no solo cantaba la melodía sino que interpretaba el resto de instrumentos, de modo que cada tema era una combinación de pistas de la voz de Todd. El único truco es que algunas las retocó en estudio. 


A este álbum experimental con tanto proceso de estudio le siguieron dos discos que optaron por el camino contrario: se grabaron en vivo en una sola toma sin ningún retoque de estudio. Pero lo más interesante del Todd de esta época en mi opinión vino con su álbum No World Order. Él siempre había sido un fanático de la tecnología, y la llegada del digital con sus múltiples posibilidades era algo que se le antojaba irresistible. Este disco supuso un experimento de crear una obra interactiva en la que el usuario podía elegir cómo quería escuchar la música pudiendo escoger entre diversos parámetros. Los conciertos de esa época también seguían fieles a esa idea y se basaban en gran parte en la interacción del público, que podía subir al escenario e incluso tocar algún instrumento musical.
Como es de esperar, con la llegada de internet, Todd también se subió al carro de inmediato y fue uno de los primeros artistas en sacar partido de la red cuando, a mediados de los 90, empezó a ofrecer temas nuevos o aún en proceso de creación a sus fans a través de su página web. Y como último detalle, en su disco The Individualist Todd incluía un videojuego al que se podía jugar oyendo la música.
Estos detalles pueden parecer simples anécdotas hoy día, pero a principios-mediados de los 90 eran un campo nuevo aún por explorar, y tiene más mérito aún que un músico cuarentón como él se metiera en todos estos tinglados innovando allá donde pudiera.

Como digo, en la teoría Todd seguía siendo el mismo de siempre evolucionando y haciendo todo tipo de experimentos. No se había anclado en el pasado como la mayoría de sus contemporáneos e incluso probaba con géneros musicales de más actualidad como el rap o la música electrónica. En la teoría pues, todo era correcto y digno de admirar. El problema es que la música era, como dije, horrible:


En estos últimos años Todd Rundgren básicamente ha tenido la mirada puesta en su pasado (algo poco común en él). La primera señal llegó en 1997 cuando grabó un disco que reversionaba temas suyos clásicos en clave bossanova, With a Twist... Ya en pleno siglo XXI sorprendió a todos sus fans iniciando una gira en que interpretaba íntegramente su disco A Wizard A True Star, ahora convertido en una de sus obras más aclamadas. La jugada se repitió años después con su otro clásico Todd y con Healing. Y como última novedad, recientemente volvió a reunificar a sus amigos Utopia para dar una gira.

A diferencia de otros compañeros de su época, hay que decir que Todd Rundgren no es un artista que haya sido reivindicado masivamente por bandas jóvenes como influencia fundamental ni que haya conseguido llegar a nuevas generaciones, como sí han hecho Neil Young o David Bowie, por mencionar dos músicos tan inquietos como él. Más bien parece como si se hubiera convertido en el típico dinosaurio anclado en los 70s que hoy es visto como una curiosidad de la época. Puede que sus nefastos últimos discos en comparación con las carreras recientes de Bowie y Young, mucho más solventes y agradecidas por los fans, tengan algo que ver. O quizá es que Todd se implicó en ese género tabú, el rock progresivo. Sea como sea, es definitivamente un gran artista a reivindicar con una trayectoria envidiable en los años 70. Puede que sus últimos discos no valgan la pena, pero a cambio Todd ha seguido fiel a su filosofía aunque eso implique equivocarse, que es algo que no muchos pueden decir. En definitiva, Todd Rundgren mola.

Por último no puedo olvidarme de dejar un link al doble artículo que me descubrió a este artista, por entonces totalmente desconocido para mí, y que me abrió las puertas a su discografía hasta hacerme fan. Les recomiendo su lectura por ser un repaso exhaustivo a su carrera además muy bien escrito:

Todd Rundgren (I)

Todd Rundgren (II)

Y nada mejor para acabar que una de las mejores canciones de Todd, disfrútenla:


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